Pretenden crear ciudad sin calles y con 50 familias

La pretendida creación se la ciudad de Chiriguelo, como sede del distrito de Raúl Ocampos Rojas le restará a la capital departamental Pedro Juan Caballero unas 150 mil hectáreas. Si se concreta la distritación, que ya cuenta con una impuesta media sanción en Diputados, sus impulsores alcanzarán el ambicionado botín de millonarios fondos provenientes del Fonacide y de los Royaltíes. Éstos últimos son una compensación financiera por la utilización del potencial hidráulico del río Paraná para producción de energía eléctrica en Itaipú.

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2020-01-10 00:00:00

Si bien la ley es clara y señala que para que una ciudad sea creada se requiere al menos una población de 10 mil habitantes, de los cuales el 10 por ciento debe firmar un pedido formal y además se deben exponer los motivos de la creación de este sitio y tiene que contar con una capacidad financiera capaz de solventar los gastos para el funcionamiento del gobierno. Sin embargo nada de esto se hizo.

Teniendo en cuenta todo esto, en la última sesión de la Cámara de Diputados de diciembre pasado, Juan Silvino Acosta, diputado colorado por Amambay, junto a otros 10 legisladores que ni siquiera tienen idea donde está Chiriguelo en el mapa, presentaron un proyecto de ley que consiguieron aprobar para que la colonia Raúl Ocampos Rojas,  sea categorizada a distrito.

Robert Acevedo, liberal más votado en las últimas elecciones nacionales y que representa al departamento de Amambay, manifestó en su momento estar en contra de la creación de esta localidad ya que alude que en esa superficie viven alrededor de 50 familias en la extrema pobreza y sin títulos de propiedad.

Lo cierto y lo concreto es que en caso de que el Senado de su OK y se efectivice la creación de la nueva ciudad, como todo municipio recibirá una importante suma de dinero en concepto de Fonacide y Royaltíes los cuales son recursos que la mayor parte de las comunas del país no rinde pese a la ley de Transparencia, y por ende, hay fuertes sospechas de que la intención final es disponer de dichos recursos y malversarlos.