En la sede de la Policía Civil, el sujeto confirmó que había matado al anciano, que era su vecino, después de discutir sobre una motocicleta propiedad de la víctima que Marcelo Torres había tomado y la víctima fue a buscarla.
La situación habría generado discusión entre ellos, que llevó a Marcelo a decidir ejecutar al anciano, con una barra de hierro.
Al ver que el anciano estaba muerto en el suelo, entró en la vivienda donde, después de buscar objetos de valor y no encontrarlos, terminó llevándose la motocicleta de la víctima.
También, según confesó Marcelo, la motocicleta fue cambiada en una boca de humo por cinco porciones de crack y después de hacer el intercambio se escondió en el área de un monte de las inmediaciones.
Desde allí habría visto el movimiento policial por lo cual decidió entregarse y confesar el crimen del cual no mostró arrepentimiento.
El viciado fue procesado por asesinato, y robo seguido de muerte.