Apenas a los diez minutos, Kevin Serna se mandó una gran jugada individual. Al mismísimo estilo salonístico, pisó el balón y eludió la marca de por lo menos tres rivales. Como último recurso, Giménez le cometió un penal que lo cambió por gol Luis Ibarra.
Cuando todavía el “Auriazul” estaba festejando el tanto de apertura, Jorge Salians aprovechó una desatención defensiva que vino luego del cobro de un lateral. El ofensivo remató cruzado ante el achique de Barreto y empató el cotejo.
De ahí en adelante, el equipo dirigido por Celso Ayala no pudo recuperarse del golpe anímico que significó el tanto en contra. Eso pasó factura en la agonía de la primera etapa, cuando el juvenil Osmar Colmán aplicó el “gol de vestuario” y sentenció el segundo tanto definitivo para “La Banda”.
En la complementaria, Luqueño entró con otra mentalidad. Agresivo desde el inicio y con más amor propio que buen fútbol, fue con todo en búsqueda de la paridad. Lastimosamente para las aspiraciones luqueñas, Pablo Gavilán se transformó en gran figura. En un tiro libre, la pelota fue al travesaño y caprichosamente no ingresó.