Él ideo un plan que parecía ser perfecto, pero no contó con la astucia del personal de seguridad, que al toque pilló su macana y lo mandó directo al calabozo de nuevo, pero en otra penitenciaría. Claudinho aprovechó la visita de su hija adolescente para tratar de salir del recinto disfrazado de ella y dejándola en su lugar a la muchacha, de 19 años.
Más conocido como “Baixinho”, condenado a 73 años y 10 meses de prisión, se puso la ropa de la chica, una máscara de silicona y una peluca, pero todo esto no fue suficiente para engañar al fuerte dispositivo de seguridad de la cárcel.
Luego del fallido plan de fuga, el narcotraficante fue trasladado a una prisión de máxima seguridad y deberá enfrentar sanciones disciplinarias. La justicia brasileña demoró a la hija e investiga si tuvo participación en el plan de raje o simplemente fue utilizada por su progenitor.